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Hábitos saludables para fomentar con los niños en casa



Los hábitos son todas aquellas acciones, conductas y comportamientos positivos que, al realizarlos de manera repetida, se convierten en nuestra forma de hacer las cosas e influyen directa o indirectamente en el bienestar físico, social y mental.

Fomentar hábitos saludables desde la primera infancia es invertir en salud para toda la vida. Comer bien, hacer deporte, beber agua y ver menos televisión son algunos ejemplos de costumbres que los niños deben aprender desde pequeños para crecer adecuadamente y evitar enfermedades a futuro.

Los antiguos romanos acuñaron la frase Mens sana in corpore sano, haciendo referencia a que la condición de mantenerse saludable solo se logra con la formación intelectual, atlética y espiritual promoviendo hábitos a través de la educación.

 

Desafíos y prioridades

El papel de los padres o cuidadores a través del ejemplo es clave para conseguir que los niños interioricen hábitos y rutinas relacionados con alimentación y vida saludable que luego se traspasarán a la vida adulta

A continuación te dejamos algunas recomendaciones para incorporar en familia dentro de casa.

 

1. Seguir una alimentación equilibrada, variada y con moderación

Una dieta sana consiste en incluir todos los nutrientes, pero en la proporción adecuada, teniendo especial cuidado con azúcares y grasas.

La clave está en conseguir que los niños y adolescentes coman:

-Más frutas y verduras. Ojalá cinco raciones diarias.

-Más cereales. El pan, arroz o pastas son fundamentales también en la dieta a esta edad.

-Menos comida chatarra. Es mejor evitarla por su alto contenido en grasas.

Lo ideal es realizar un menú semanal que combine todos los nutrientes, establecer horarios para las comidas y compartir con ellos esas instancias.

Comer a un ritmo pausado ayuda a que tanto niños como adultos se conecten con la sensación de saciedad. Recuerda servirles porciones pequeñas y no los obligues a terminar el plato si manifiestan no querer más.

Haz que tus niños participen en la planificación y preparación de las comidas. Es más probable que consuman lo que ellos han ayudado a preparar. Y recuerda apagar el televisor y los dispositivos móviles cuando vayan a sentarse a la mesa a comer.

 

2. Privilegiar el agua por sobre otras bebidas

El 70% de nuestro cuerpo es agua, indispensable para eliminar toxinas e hidratar todos los órganos. Preferir el agua como bebida familiar es una opción de salud. Los jugos de fruta natural son una buena alternativa, pero no conviene abusar de ellos, ya que contienen mucha azúcar. Una opción es dárselos a los niños rebajados con un poco con agua. Evita que tomen bebidas de fantasía por su alto contenido en sodio y azúcar.

 

3. Limitar el uso de dispositivos móviles y la televisión

El tiempo que los niños dedican a estar frente a pantallas es entre tres y cinco horas diarias, cuando lo recomendable es de una a dos horas máximo. Ese tiempo se lo están quitando a otras actividades necesarias y mucho más saludables.

Al igual que la televisión, las tablets y los teléfonos móviles pueden generar adicción. Por eso, es conveniente pactar con los niños un horario concreto, los dispositivos que se utilizarán según la edad y buscar otro tipo de alternativas para disfrutar del tiempo libre

 

4. Realizar más actividad física

Una hora de actividad física moderada al día mejora el índice de masa corporal (es decir, la relación entre peso y estatura) de los niños, incrementa el rendimiento escolar y su estado de ánimo. Inculcar este hábito será sencillo, si nosotros adoptamos una conducta más activa en lo cotidiano. Incluye a los niños en actividades que demanden movimientos como pasear al perro, limpiar la casa, lavar el auto o trabajar en el jardín.

Organiza planes familiares al aire libre para dejar de lado el sedentarismo. Eso sí, para que la actividad física sea un aliado, no debemos convertirlo en una obligación, sino que en una actividad entretenida y gratificante.

Recompensa a los niños con elogios y actividades divertidas, no con alimentos

 

5. Garantizar las horas de sueño adecuadas

No dormir lo suficiente se asocia con obesidad, en parte porque el sueño inadecuado nos hace comer en exceso y estar físicamente menos activos. Los niños necesitan dormir más que los adultos y la cantidad de horas varía según la edad. Ayuda a tus hijos a tomar decisiones saludables. No basta con animarlos a mantener hábitos. Como padres debemos ser un ejemplo en el aprendizaje de ellos y practicar este estilo de vida también, para que los niños tengan buenos referentes dentro de casa.

Nunca es demasiado tarde para empezar. Por mínimos que sean los cambios, marcarán una diferencia en la salud familiar que tus hijos agradecerán en el tiempo.

 

*El contenido de este artículo sólo cumple la función de informar, no sustituye ni reemplaza el consejo y/o las órdenes del médico tratante relacionadas con su salud, tratamiento o medicamentos que hayan sido recetados.

 

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